De apellidos españoles como Jimènez del Guante Blanco y Mancera, mi padre nacio aqui en el D.F., pero su familia vivió durante años en el estado de Guanajuato, para mas señas en la Ciudad de Celaya, en la que hasta la fecha uno de los atractivos es el enormisimo tinaco que se encuentra en el Centro y que durante años surtió de agua a toda la población.... de familia de curas y solteronas de mucho respeto, no tuvo mucha familia, nosotros solo conocimos a su hermano Ramón mas grande que el por quince años y como en sueños a un primo de nombre José a quién mi mama recuerda mucho porque estaba tan pesado que la única vez que nos visitó rompió el sillón de la sala en el que tuvo a bien sentarse....gracias a Dios mi abuelo Alejandro si se casó y lo hizo con Doña Concepción mi abuela, porque si no los ilustres apellidos se hubieran ido derechito al olvido....mi papá gozaba de contarnos historias del Barrio Bravo de la Guerrero, Colonia en la que vivió hasta que se casó, nos platicaba igual historias de los ferrocarrileros que borrachos se peleaban a pedradas o de plano con filosos puñales,o de la vez que se peleó con otro niño quien le dió un navajazo en el brazo y de como una buena vecina que venia del mercado saco de la bolsa un limon rapidamente lo partió y se lo exprimió en la herida, yo me reia de las malas palabras, nunca groserias que mi papi decia al recordarlo, o de las veces que una vieja vecina les contaba a todos los niños de la vecindad cuentos de espantos, de como un dia uno de los niños se levantó como loco y gritaba que lo perseguia alguien para matarlo!
Tantas historias...tantos recuerdos...el hecho de que mi papá se haya educado en una vecindad no influyó para que el fuera siempre un caballero impecable, buen hijo, buen padre...no se que tan buen esposo, eso tendriamos que preguntarle a mi mama, pero por la manera en que se expresa de el y como lo extra;a, pues pienso que ante todo fue el compañero de su vida y alguien a quien amo muchisimo....hombre sabio, supo respetar a sus hijos y apoyarlos en todo...nos diò su amor incondicional.... la vida le permitió conocer a casi todos sus nietos incluyendo a Eduardo a quien muchas tardes fue a recoger a la guarderia, cuando yo llegaba de trabajar el niño me platicaba como su abuelo le habia comprado su concha en la desaparecida Panadería de la Viga y después como se sentaban en la barda del Centro Comercial de junto a platicar y mientras su abuelo le contaba a mi hijo las mismas aventuras que a nosotros, Eduardo le daba de comer a las palomas que había por montones. Recuerdo còmo guardaba el dulce que recubría a las conchas para después compartirlo con estas avecitas , siempre en compañìa de mi padre. Verás que dejó en sus esposa , todos sus hijos y nietos una huella imborrable de amor, fé y esperanza que nos acompañará siempre asi como a todas las personas que tuvieron el privilegio de tratarlo y recibir su luz, espero que esta breve semblanza, porque creeme habría para un libro, sirva para cumplimentar mi promesa y para honrar su memoria...recibe abrazos
Laura Jiménez Cortes. Ciudad de México.
Mayo 2010